Su pecho brilla apenas, también haciéndome despegar mis labios por la sorpresa. No me lo esperaba, ¿qué significa eso? ¿Es un grito de auxilio, o...? Ah, como sea, me resbala. Ojalá y brille como una puta antorcha.
... Incluso luce perfecto cuando se queja de mi bofetada...
Permito que se apoye sobre mi antebrazo por unos segundos, satisfecho por su última afirmación acerca de mi propuesta. Dicen que no puedes agitar la mano del diablo y luego pretender que fue una broma. ¿Qué tal con su hijo, eh?━━━. Pues, tenga buen viaje, Salieri ━━━aparto mi mano, bajando mi cabeza hasta la fina piel de su hombro, aquel espacio que lo separa de su cuello. Antes que nada, paso mi lengua por aquel lugar: si voy a hacer esto, quiero sacarme la duda acerca del sabor de su piel. En seguida le doy un mordisco tan brusco... Tanto, que sangre empieza a deslizarse de forma veloz donde clavé los dientes. Y repito la acción un poco más arriba, luego un poco más abajo, hasta dejarle el cuello y hombro al rojo vivo. Me genera satisfacción sentir sus músculos ceder bajo mis colmillos, no puedo negarlo. Y el sabor de su sangre hace que mis piernas flaqueen apenas.
Respiro profundo, mirándolo a los ojos mientras su sangre empapa mi mentón. No quiero limpiarme, estoy profundamente embriagado en su sabor y fragancia. Una vez más, vuelvo su mano a un par de mechones de su cabello, sinchoneándolo para hacer que el castaño se siente. Estamos tan cerca que posiblemente pueda sentir mi respiración; entonces tomo su frente y hago que estrelle su nuca contra el suelo.
Me incorporo de forma violenta, mirándolo desde encima. Qué belleza de individuo, madre mía... Podría besarlo hasta que el día termine, o llenarlo de... marcas. Dios. Dios, ojalá no se curen, daría lo que sea por ver chupones y mordidas por el suficiente tiempo adornando su piel, a su vez marcando mi propiedad. "Nadie lo toque, es la zorra del hijo de Lucifer". Suena demasiado bien, oh, Dios...