Hola, soy Igwil, y esta historia no solo es ficción: nace desde el corazón.
Kay no es solo un personaje. Es mi gato en la vida real.
Un compañero fiel, curioso, valiente... y sí, algo dramático también. Siempre me pregunté: ¿qué haría Kay si el mundo se fuera al carajo?
Así nació esta historia.

Kay es una carta de amor a los lazos que construimos con quienes no hablan nuestro idioma, pero entienden nuestro alma.
Aquí no hay superhéroes con capa: hay un gato decidido a encontrar a su humano entre ruinas, zombis y criaturas mutadas. Y si eso no es amor puro... no sé qué lo es.

Gracias por leer, comentar, compartir emociones y seguir el viaje de Kay, Manchado y el Jefe.
Escribo esto con el corazón lleno y Kay dormido al lado mío.