Hay cosas que simplemente no podemos borrar de nuestras mentes, esas ataduras infernales que nos anclan claramente a una herida infernal que no es difícil borrar, esa herida está ahí siempre. Aún que ya esté recuperada de todo trauma esa herida estará ahí, recordándome cuando he caído, cuando caí, y cuanto caeré. Esa herida ni tiene fin.