JEismine

—¿Por qué todos esos tatuajes? —pregunté
          	—Todos nosotros los tenemos
          	—¿Quiénes son nosotros?
          	—Mis hermanos y yo. Bueno,la mayoría. Tommy no tiene.
          	—¿Cuántos hermanos tienes?
          	—Cuatro
          	—Querido Dios

JEismine

—¿Por qué todos esos tatuajes? —pregunté
          —Todos nosotros los tenemos
          —¿Quiénes son nosotros?
          —Mis hermanos y yo. Bueno,la mayoría. Tommy no tiene.
          —¿Cuántos hermanos tienes?
          —Cuatro
          —Querido Dios

JEismine

Thomas me amaba. Él me necesitaba. Tal vez yo no era la primera mujer que había amado, y tal vez era la clase de amor que un hombre Maddox sentía que duraba para siempre, pero yo lo necesitaba también. No sería la primera, pero sería la última. Eso no me convertía en el segundo premio. Me hacía suya para siempre.

JEismine

Yo le cambié los pañales a Travis. Yo lo bañaba cada noche. Mi padre nos ha amado, pero él estaba perdido en su duelo. Durante un tiempo después de que él consiguiera su nuevo trabajo, solía beber hasta que se desmayaba. Estaba compuesto por eso. Él se disculpa todo el tiempo por tomar el camino más fácil. Pero yo levanté a Trav. Yo le vendé las raspaduras. Me metí en tantas peleas por él y luché junto a él. No puedo dejar que vaya a la cárcel. ― Thomas Maddox

JEismine

—Eso no es asunto tuyo!
          —¡Sí, lo es! ¡Tú eres mi asunto!
          —¡Vete a la mierda!
          —¡Vete tú a la mierda! —gritó. Los dos nos quedamos en silencio por un rato y luego Trenton por fin habló—. Al salir del trabajo voy para allá.

JEismine

Trenton se puso de pie y entró, pero eso fue lo más lejos que llegó. 
          —Estás enojada conmigo.
          Le entrecerré los ojos.
          —¿Por qué? —preguntó.
          No le respondí.
          —¿Es porque anoche me fui a casa con esa chica?
          Todavía no respondí.
          —No me la follé.
          —¿Quieres una galleta? —le pregunté—. Porque ese es el premio que vale la pena.
          —¿Cuál es tu problema? Me dijiste cinco veces en un día que somos amigos, y ahora estás celosa de una chica con la que coqueteé por dos segundos.
          —¡No estoy celosa!
          —Entonces, ¿qué te pasa?
          —Como tu amiga, ¿no puedo estar preocupada por tu estado con las enfermedades de transmisión sexual?

JEismine

“—Tal vez debería quedarme un poquito más en tu cama.
          —¡No! Me refiero... dijiste que tenías cosas que hacer para prepararte.
          —Me parece que protestas demasiado.—Él sonrió, y luego suspiro —Pero tienes razón. Por mucho que me encantaría unirme a ti en esa cama, no sería lo mejor. Hasta esta noche, cariño —prometió.”