Rosa la de los Camborios, gime sentada en su puerta, con sus dos pechos cortados puestos en una bandeja. Pero la guardia civil, avanza sembrado hogueras, donde joven y desnuda, la imaginación se quema. - Federico García Lorca. El confesó que lo había hecho, y basaba su triste defensa en que esta muy puesto, vera señor juez, si no hubo ensañamiento, la mate en el momento, en que desgarrada, su piel con mis dedos, mi alma con su miedo, si en la misma luna se oían sus lamentos, yo no pude hacer nada, si ella lo iba pidiendo. Y si en algo me ayuda, diré que lo siento. (El informe del forense - Melendi 2003)
- Cámara de Ámbar
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