Es inevitable que un adolescente piense ¿por qué? que se pregunte ¿hasta cuándo?, que intente convencerse de que no es responsable de nada de lo que le sucede, es casi imposible que juegue a no entender, porque es un adolescente, porque recién termina su infancia, y no sabe si jugar o comprometerse, la mayoría elige divertirse, ni una no la otra sólo pasarla bien, a su manera, como mas quiera, y las cosas no van muy bien, hasta se podría decir que van terriblemente mal, porque la vida no se trata sólo de divertirse, por lo que es lógico que las cosas fallen, y que la ingenuidad no ayude mucho, es cuando se ven obligado a cambiar de actitud, y piensan pero ya no más como adolescentes, sino que ahora deben al menos intentar sobrellevar el peso de su propia carga.
Y así es como los adolescentes se identifican, problemáticos, complicados, indecisos, en fin una mezcla de conflictos, que son necesarios y a la vez pesados, pero cuando todo eso termina, se dan cuenta que el tiempo paso, y que se desperdicio pensando, en cómo hacer para llegar a tener amigos en las redes sociales, cuánto tomar, dónde festejar, y se olvidan que en algún futuro crecerán y se tendrán que hacer cargo de sus propias vidas.