El otro día pasó algo interesante, estaba leyendo un libro sobre mitos nórdicos y unos minutos después de leer la parte sobre Odín y sus cuervos un cuervo llegó, era el cuervo más hermoso que había visto, su plumaje era de un negro azulado, incluso me atrevería a decir que tenía cierto tono morado, era brillante, el brillo del sol casi se reflejaba en él, se veía suave y muy sedoso, sus ojos eran de un amarillo brillante, juraría que casi dorado, era relativamente grande; hubiera amado dibujarlo pero no llevaba mi cuaderno de dibujo o algunas hojas.
En verdad, nunca olvidaré a ese cuervo, era hermoso y parecía muy tranquilo, incluso conmigo ahí viéndolo.