He estado releyendo la historia de LPDA, ya que he vuelto y quiero ver qué tanto me he desviado de la idea original. La verdad, la desviación no ha sido mucha y me gusta más ahora; sin embargo, las cosas que mi "yo en una relación estable" había escrito con anterioridad, ahora me parecen demasiado cursis, ¡JA, JA, JA, JA! Es que no puedo con tanto... Como persona, ya he tenido suficiente de los romances, upsi.
A propósito, el arco de actual de Samuel fue algo que se me ocurrió no hace mucho para explicar el brinco súbito que podría haber dado la historia entre los capítulos 111 y 112, por lo que la novela que tenía en mente de 115 capítulos, ya va casi por las 150 partes incluyendo extras. Me encuentro con comentarios antiguos que hablan de lo repetitivo del drama, básicamente este par pasa de un charco a otro, pero a mí me parece de lo más normal.
Recuerdo ahora a una compañera que tuve en los primeros años de universidad, decía que a mí me pasaba de todo, de forma sarcástica, como si no lo creyera. Mis amigos actuales dicen: es que a ella le pasa de todo. Al menos se ríen conmigo de mis desgracias. Las desgracias con risas son más llevaderas.
Así que se puede decir que LPDA contiene mucho de mí. Sería raro si no fuese de este modo. Hay escenas que leo y me traen memorias, también conversaciones que tuve con personas que me han recibido como libros abiertos, o que han comenzado a contarme sus vidas sin yo haber dicho una sola palabra, o incluso de aquellas veces en las que me apropié del tiempo de mis amigos estudiantes de medicina, o del de las cuidadoras de institutos en busca de explicaciones.
Tal vez he condensado muchas cosas en una sola historia... Cuando llegue el momento de las R, puede que considere hacer muchos cambios.
Mi temor es espantarlos más si cabe con el último pico del drama. Pero bueno, al mal tiempo, darle prisa (cinco años, cinco años me ha tomado publicar toda la historia después de reescribirla dos veces).
Me siento como Naruto...