Que extraño, se siente como perder la conexión con uno mismo. Romper la burbuja que no sabías que tenías a tu alrededor y ver con claridad las cosas que parecen insignificantes.
Las emociones tan complejas a veces sobreestimulan la mente y el cuerpo, hasta romperlo en mil pedazos. Como un jarrón de porcelana fina, por más que lo curemos seguirá teniendo cicatrices y partes rotas, aún que su belleza cambia, depende de nosotros mismos, la elección de materiales para usar y reparar esas grietas.
¿Estás dispuesta a reparar tu cuerpo de porcelana con barro o con oro?