Loella Clark

México llora, todos cargamos la pena de México, no hay palabras que consuelen, todos estamos de luto, tanta inocencia perdida en esos escombros, pero la fe esta aquí, todos somos uno en este dolor, la esperanza y la unidad supera la tragedia, a partir de hoy, hay que vivir agarrados de las manos ayudando, y dando consuelo, porque México es grande.

La tristeza para muchos es una forma de vivir, se hacen mas fuertes con ella en su vida, y saben valorar mas los momentos felices, cuando la felicidad se acaba, no se acaba su mundo, solo saludan a su vieja compañera y caminan juntos, aprender a amar a la tristeza, es aprender amar a la soledad, y amar eso es amarse uno mismo, por que aprendemos a convivir con uno mismo, empezamos a amar nuestros defectos, sin preocuparnos por los demás, que equivocados están esos que dicen que la tristeza no deja nada bueno, aun no saben como amarse, aun no saben disfrutar un poco de su soledad, aun no hacen las pases con su otro yo. 

La lluvia helada que caía encima de ella no importaba, ya llevaba destrozado el corazón, ¿que mas daba enfermarse cuando ya no se quiere vivir?, ella no amaba a nadie, nadie nunca la amo a ella, no sabe lo que es, que un hombre te rompa el corazón, sin embargo ella tenia el corazón roto, lloraba días y noches enteras, no sabia el por que de su tristeza, todos decían que estaba enferma, que necesitaba un doctor, pero nadie la ayudaba, era su forma de vivir, era su forma de luchar, era su grito de ayuda, al cual nadie acudía, yo pude haberlo echo, ¿pero como ayudar si estas igual?, simplemente me limito a mirar, soy una espectadora mas de su historia, muy posiblemente cómplice de lo que ella haga, ¡si!, cómplice, por que al mirar y callar soy cómplice, y cuando por fin tome su decisión final... Yo sabré la mía.

Todos los días el la esperaba... Con un llanto contenido el soportaba, no importaba el clima, no importaba la gente, no importaba su muerte inminente... El solo quería verla una vez mas, el sólo pedía tocar su boca una vez mas... No se cuanto tiempo espero por ella, y no se por que ella no apareció nunca... Un día, el ya no apareció, todas las tardes esperaba su regresó, pero el no volvía, empecé a buscarlo en la mañana... Pero tampoco aparecía... Y entonces lo entendí, nunca hubo un el... Siempre fui yo.... Y mañana ya no abra nadie en esa esquina, que sola se va a sentir.
          
          Loella Clark