Me haces falta. Sé que dije que nunca más te volvería a escribir, pero lo hago muchas veces, solo que nunca te llegan las mil palabras que te habré escrito. Irónico, ¿no? Nunca vas a leer esto. Seguramente ya apenas me recuerdes. Pero yo lo hago. Constantemente, de hecho. Te extraño, Luna. No tienes ni idea de ello y quizás lo mejor es que nunca lo sepas. Creo que sería capaz de expresar como me siento ahora mismo si todavía siguiera comunicándome contigo. Creo que podría sentirme un poco más ligera sabiendo que estás aquí para mí. Pero no es así. Tú no estás y yo debo aprender a vivir de nuevo por mi cuenta. De verdad, tengo mil y una cosas que decirte, pero si pudiera hablar contigo una vez más lo único con lo que quiero que te quedes es con mi “gracias, te amo mucho, hermanita”. Deseo, ruego, para que te vaya bien. Siempre que pienso en ti deseo desde lo más profundo de mi corazón que te esté yendo bien, que seas feliz ahora mismo. Ojalá esté siendo así.