---
·No me reemplaces·
Nos hablamos solo dos semanas, lo sé. Fue poco tiempo… pero sentí que había algo. Algo ligero pero sincero, como cuando uno encuentra sombra en medio del calor.
Me decías “amiga” y yo lo creí. Me lo repetía como quien guarda una flor seca entre las páginas de un cuaderno. Pero ahora, todo está en silencio.
Ya no me hablas.
Ya no me buscas.
Solo lo hiciste una vez más… y fue para pedirme algo.
No quiero pensar que fingiste cercanía solo para obtener algo de mí. Pero no encuentro otra explicación. Y duele. Porque en ese corto tiempo, yo sí te elegí. No por conveniencia. No por necesidad. Solo porque sí.
Te hablo, aunque sé que tal vez ni leas. Te digo esto sin rabia, solo con un nudo en la garganta que no sabe gritar.
Solo te pido una cosa:
No me apliques la de las fórmulas matemáticas.
No me sustituyas.
No me reemplaces.
Porque aunque para ti haya sido solo una variable más…
Para mí, tú eras la constante.
--