Extracto de Juno:
¿La boda? ¡Nuestra boda!
Es el día de nuestra boda. Tú no querías casarte y menos en la iglesia, pero ahí estás en el altar, con el traje de pingüino, esperándome. Yo, desde lo lejos, veo esos ojos achinados que me flecharon desde el primer instante y esa sonrisa pícara que asegura que la noche no será para dormir. Me recibes, levantas mi velo con cuidado, pronunciamos nuestros votos y, antes de que el cura dijese "yo los declaro marido y mujer", tú pides un momento para decir unas palabras.
Y mi corazón se detiene, pensando que me dejarás allí plantada. Me miras y sonríes; no tengo ni idea de lo que significa esa mirada (algo que me aterra mucho). Dices:
> _Seré el hombre más feliz de la tierra a tu lado e intentaré que lo seas tú también. Te agradezco por haber sido y ser tan obstinada, intensa e insistente, para así no librarme de ti. Que sepas que nunca más me alejaré ni dejaré que te marches._
Y me susurras al oído:
> _Por supuesto que en nuestras noches no dormirás._
Me gusta cómo el muy capullo logra descifrar lo que pienso con tan solo una mirada.
Yo, como atrás no me quedó, le digo algo en la entrada de la iglesia que lo deja un poco pálido:
> _Cuidado, que si eres muy intenso, en menos de 9 meses otro cuerpo tendrás correteando por casa._
A lo que él responde, luego de un parpadeo suave y una sonrisa ligera:
> _Pues si sus padres se corrieron al hacerlo, no veo nada más justo que él lo haga._
Y fue allí, justo después de eso, que me di cuenta de que solo unos años de puta madre me esperaban, que había merecido esperar tanto para encontrar a ese loco que, en una más loca que él, me transformaba.
Tenía rato sin poner pedazos de mis obras. JAJAJA