“Creo que es momento de pasar la página, de agachar la cabeza y aceptar que terminó, que no hay espacio ni tiempo para más, que no habrá continuaciones ni segundas partes, que esto no es como en las películas y que entre nosotros ya no van a tejerse futuros.
Es momento de entender que nuestras risas jamás volverán a sonar juntas en el mismo cuarto, que nuestros labios nunca más volverán a chocarse en los semáforos en rojo, es momento de decirle a tu lado de la cama que eso de que regresarías pronto era una mentirilla y nada más.
Es momento de coger valor y borrar las fotos, las conversaciones y las canciones del playlist, tirar las cartas del cajón y las cosas que olvidaste sin querer, dejar de hacerle espacio a tu ropa en el clóset y asumir que tu cepillo de dientes no terminará junto al mío en el baño.
Es momento de hacerle frente a las tristezas, de quitarle tu cara a la melancolía, de hacerme a la idea que tarde o temprano caminarás por alguna calle de otra mano, guapo, feliz y sonriendo, como siempre, como conmigo, quizá más guapo y más feliz, y yo haré lo propio.
Es momento de escribirte una docena de poemas en silencio, sin mencionar tu nombre, el número exacto de tus lunares, la terminación en par de tus pecas o la posición de tus tatuajes, hasta que te olvide, hasta que llegue otra, hasta que venga la bueno, y por más que juraba que eras tú, creo que no lo serás”.
Juraba que eras tú.
-Emmanuel Zavala