MaricieloCalipuyPiza

Yo dormía, pero mi corazón velaba, y oí una voz.
          	Mi amado estaba en la puerta, y dijo:  Amada mía, preciosa paloma mía, déjame entrar, mi cabeza está empapada de rocío, la humedad de la noche corre por mi pelo. 
          	Ya me he quitado la ropa... ¿Cómo volver a vestirme?
          	Ya me e lavado los pies... ¿Cómo ensuciarlos de nuevo?
          	Mi amado pasó la mano por la abertura del serrón, se estremecieron mis entrañas se sintieron, me levanté y le abría mi amado, gotas de dolor recorrían por mis mano se deslizaba entre mis dedos y caían sobre el tapiz... 
          	Le abrí a mi amado:
          	Pero ya no estaba allí, se había marchado... Y tras su voz se fue mi alma.
          	Lo busque... Y no lo hallé.
          	Lo llamé... Y no me respondió.

MaricieloCalipuyPiza

Yo dormía, pero mi corazón velaba, y oí una voz.
          Mi amado estaba en la puerta, y dijo:  Amada mía, preciosa paloma mía, déjame entrar, mi cabeza está empapada de rocío, la humedad de la noche corre por mi pelo. 
          Ya me he quitado la ropa... ¿Cómo volver a vestirme?
          Ya me e lavado los pies... ¿Cómo ensuciarlos de nuevo?
          Mi amado pasó la mano por la abertura del serrón, se estremecieron mis entrañas se sintieron, me levanté y le abría mi amado, gotas de dolor recorrían por mis mano se deslizaba entre mis dedos y caían sobre el tapiz... 
          Le abrí a mi amado:
          Pero ya no estaba allí, se había marchado... Y tras su voz se fue mi alma.
          Lo busque... Y no lo hallé.
          Lo llamé... Y no me respondió.