Se que sonará raro, pero para un escritor, los libros de los demás son una batería. Un escritor no gana energías bebiendo café o durmiendo 9 horas, sino leyendo.
Recientemente leí un libro demasiado bueno para ser verdad, cuando lo terminé sentí que mi batería estaba llenándose, dándome ganas de volver a retomar lo que dejé a medias el año pasado. Sorprendentemente la narración del libro enriqueció mi forma de ver la manera que escribo, algo que podría ser mil veces mejor lo que realmente es.
Sé que debó sacar historias que prometí hace tiempo, pero también quiero mejorar aquellas que son importantes para mí pero no dan todo su potencial.