De repente, sintió unos golpecitos en la puerta. Pensó que sería Eva, pero teniendo en cuenta cómo se había retirado, dudaba que volviese de forma tan tranquila.
- ¿Se puede? - sintió la voz de Diane.
- Adelante - no, no iba a mirarla. Aunque sabía que más temprano que tarde, tendría que hacerlo. "Quizás no vio nada... ¡Ay, Matt por favor!".
- Aquí le traigo el control de asistencia del Departamento - se acercó y colocó la carpeta encima del escritorio. Al ver que su jefe no levantaba la cabeza y que sus oídos estaban ligeramente rojos, se preocupó - Señor Soleri, ¿se encuentra bien?
- ¡Eh! - finalmente la enfrentó. Diane pudo ver un vestigio de ¿vulnerabilidad? en sus ojos.
- Que si está bien usted.
- ¡Ah, sí! No te preocupes - Diane asintió.
- Señor, ya solo quedan veinte minutos para que acabe el día de trabajo ¿Cree que pueda irme ya? Es que tengo el auto en reparación y entonces coger un taxi es difícil y hoy es el cumpleaños de mi hermano y quiero llegar temprano para ver si puedo hacerle un dulce como parte de su regalo - soltó todo sin parar.
- Sí, puedes irte - respondió Matt preocupado por la respiración de la chica - De hecho, yo también voy a irme ahora.
¡¡Capítulo 5 en marcha!! Muero por empezar a publicar.