Nací y crecí en un barrio del conurbano bonaerense, donde las calles de tierra, las casas a medio construir y las historias contadas al caer la noche marcaron mi forma de ver el mundo. Desde chico me fascinó lo paranormal, no por el miedo, sino por la posibilidad de que existan cosas que no entendemos del todo. Siempre creí que uno no termina de creer hasta que le pasa algo. A mí me pasó.

Escribo para recordar, para entender, y para darle forma a esas experiencias que se quedan dando vueltas en la cabeza. Me interesa lo emocional, lo simbólico, lo que se esconde detrás de lo que parece cotidiano. También me apasiona el liderazgo, la mejora continua y la idea de que cada historia -por más pequeña que parezca- puede enseñarnos algo.

No me considero escritor, pero sí alguien que necesita contar lo que vivió. Porque hay recuerdos que no se van, y palabras que, una vez escritas, nos devuelven un poco de lo que fuimos.