Todavía de falta medio día para que termine el año, pero quería comenzar a despedirme desde ahora. En primer lugar me gustaría agradecer a Dios por este lindo año, lleno de experiencias nuevas y momentos. Aunque no todos fueron felices, especialmente porque hay quienes nos dejaron porque su camino se acabó, tengo mucho por lo que agradecer. Aprendí cosas nuevas, comencé esta linda experiencia de escribir, conocí a gente increíble que compartió momentos de mi vida, cumplí uno de mis grandes sueños, el de aprender el inicio de la belleza de tocar el piano. Quiero agradecer a todos los que fueron mis maestros. Sí, puede que ni siquiera hayamos hablado, o que nunca te haya visto, pero vos, y otros muchos, me enseñaron, aunque ni siquiera te hayas dado cuenta. Maestros de esos que pasan por la vida sin que lo noten, maestros que me abrieron los ojos y me enseñaron a valorar el dolor, a sonreír a la vida, a no avergonzarme de mis creencias, a ser fuerte, a ver que la realidad tiene muchas caras, a que no todo es perfecto, a que los verdaderos amigos están sobre todo cuando la vida se escurre por los dedos. Gracias, gracias aunque quizás no te conozca. Y nunca te olvides de que dejamos huellas en las personas con las que tratamos, aunque sean una pequeña muesca en el alma. Lo que digas o hagas nunca queda en la nada, trasciende.
Gracias a mi familia y amigos. Y sobre todo, gracias a Dios por su cariño y paciencia.
Despido este año con una sonrisa, sabiendo que cometí errores y que acerté algunas veces, que valió la pena haber pasado por todo, y que vale la pena vivir, aunque el horizonte y el siguiente paso parezcan oscuros.
Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo, 2016.
Los quiere
Nenmbiril