━━━Tú no estás tan lejos de mí. Cuidado ━━━le contesto, mirándola desde abajo. Es muy alta para ser una mujer, realmente. Eso es atractivo, para qué negarlo. Tiene unas piernas largas y muslos preciosos. Y su culo, dioses. La azotaría hasta hacerla llorar, e incluso más aún.
Encima mío, me sonríe. Me siento satisfecho con eso, pero ella comienza a hablar otra vez. Dios mío, ojalá que la chica esa nunca llegue. Que la rapten de camino aquí, o que la arrolle un auto. Me da igual; quiero tener más tiempo con Reyna. Adoro que me haga cambiar de parecer a cada minuto.
Sus palabras suenan huecas, muy huecas. Quizá es porque en algún momento yo se las dije a alguien más, ow. ¿De verdad cree que soy tan tonto?
No puedo negar que su suave agarre en mi nuca me vuelve loco. Sus ojos grises brillan, y me fijo en que tiene menos pestañas que yo. Pfft. Y sí, su susurro me provoca escalofríos, pero sé que nada de lo que me dice es real. Por más que diese en el clavo con sus fetiches y morbos, no haríamos nada. No la convencería.
━━━Eres una hija de puta ━━━me río, mirándole los labios━━━. Sabes bien que no te llevaría a la playa solo a darte un beso. Pero yo también sé que hace unos minutos, estábas tratándome de imbécil y desesperado.
Vuelvo a dejar su peso apoyado en mi pecho y en mi mano derecha, apretándole de paso el culo. Con la izquierda, doy una larga calada. El cigarrillo se consume, y lo dejo caer al suelo. Por enésima vez, le suelto el humo en la cara, más por satisfacción propia que por otra cosa. Es un fetiche demasiado fuerte el mío.
Hago un último esfuerzo para volver a subir a la chica, ahora dejándola un poco más a mi altura. Lo suficiente para acercarme a su cuello y dejarle un notorio chupón. De verdad me derrito de pensarla en otro contexto junto a mí.