MI PRINCESA. ¡Muchísimas gracias, angelito bello! Eres tan amable, ven que te lleno de mimos. Todo ha ido maravilloso, estoy tan feliz que gritaría, ah. ¿Qué hay de ti, pequeña?
Me alegra muchísimo escuchar eso, Shop. Tienes que contarme lo que sucedió anoche para que despertaras así de alegre. ¿Que te parece si vamos a desayunar juntas? Tampoco lo he hecho.