Desde el primer momento en que cruzaron nuestras miradas, supe que era y sería tuyo por completo. Tu manera de moverte, tu dulce voz junto a tu fuerte perfume haciéndose notar en cada espacio donde nos encontrábamos; toda parte tuya hizo que mi interior se sintiera cálido la primera vez que mis ojos encontraron los tuyos. Si tuviera que describir un sentimiento que refleje con mayor claridad qué es lo que siento por ti, diría con orgullo que te veo como mi hogar. Que te veo como el sol acariciando tiernamente mi rostro.
Tu amor ha transformado mi ser de maneras que ni imaginas. Me has convertido en un hombre más paciente, más gentil, más dado, más feliz. Llenaste cada vacío con tus risas, tus chistes, tus caricias y tus besos. Por ende, si deseas mis huesos, los entregaré sin titubear; si quieres mi corazón, te lo ofrezco con devoción. Te daré todo de mí porque es lo mínimo que puedo darle al hombre que me ama con tanta ternura como lo haces tú.
Eres el anhelo de mi alma y mi razón de ser, Novak Russell.