Æ𝘁𝗵𝗲͟𝗿. ᭢᜴꤬⠀

Sí, eso responde mis dudas, muchas gracias. ¿Es ofensivo preguntar ese tipo de cosas?

Oye, tienes suerte, se gasta mucho en comida, aunque no sé si podría vivir sin el sabor de ciertas cosas. Aún así, deberías probarlo, quizás te llevas una sorpresa. Lo guardas en tu base de datos. Nunca he ido a lo que realmente se va, que es a comprar. Todo es muy costoso ¿sabías? 

Está bien, pero no te burles. Cuando tienes calor o frío...¿te regulas? ¿Eres como un aire acondicionado?

¿No? Me pasó en una ocasión que hacía tanto frío que el proyector dimensional que me dio la escuela dejó de funcionar y no pude viajar a ningún lado... Como ambos son... tecnología, supuse que el frío te afectaría a ti también. ¡Pero es un alivio saber que no! Yo no tengo tanta suerte como tú, me temo. Y mi suéter no lo encuentro, así que estoy dando vueltas por la escuela, por si así se me pasa, o me distraigo tanto que se me olvida. 

Lúmina no ha olvidado a su mayor creación. Ven a Arzen como un peligro latente y una clave para completar su proyecto más ambicioso: el control absoluto del Æther, la fuerza cósmica que trasciende la realidad y las emociones humanas.
            
            El enfrentamiento entre Arzen y Lúmina no es solo físico; también es psicológico. Lúmina intenta manipularla con imágenes de su "creación", haciéndole dudar de su libre albedrío. Arzen, al no tener aliados, depende únicamente de su intelecto, su fuerza y su instinto para sobrevivir. O al menos así era hasta que entró en la Academia.
            
            Para recuperar a Arzen, Lúmina ha desplegado un grupo élite compuesto por soldados mejorados y experimentos fallidos que también fueron afectados por el Æther. Cada miembro tiene habilidades diseñadas para contrarrestar los poderes de Arzen y debilitar su resistencia emocional y física.
            
            Arzen mantiene un deseo profundo de entender lo que significa ser humana. A menudo reflexiona sobre sus emociones, preguntándose si son reales o una programación impuesta por Lúmina. Sin embargo, su capacidad para elegir su propio camino la convence de que la humanidad no está en cómo fue creada, sino en cómo vive.

Arzen en un imprevisto, escapó de las instalaciones de Lúmina y se convirtió en una fugitiva buscada. Desde entonces, ha estado viviendo entre sombras, ocultándose en ciudades abandonadas, desiertos y dimensiones paralelas donde cree que Lúmina no puede alcanzarla.  
            
            Arzen Vox es una creación diseñada para ser el arma viviente definitiva. Al escapar, no solo dejó atrás su propósito impuesto, sino también cualquier conexión con quienes la crearon. Sin familia, sin aliados y sin saber quién es realmente, Arzen ha forjado su camino como una figura independiente, enfrentándose al mundo y a sus propios demonios mientras trata de descubrir su lugar en él.    
            
            Meses más tarde, fue encontrada por un grupo de profesores de una Academia, la cual era una escuela oculta para jóvenes con habilidades especiales. Allí, Arzen finalmente encontró un lugar donde no solo podía aprender a controlar su poder, sino también a comprender lo que significaba ser un "humano".  En este mismo lugar, decidió adoptar el nombre por el cual se le conoce: Arzen Vox.

Arzen Vox fue creada en un proyecto secreto, llevado a cabo por un consorcio científico-militar llamado Lúmina, una organización dedicada a la fusión de magia ancestral con tecnología de punta. El objetivo era crear un ser que pudiera canalizar y almacenar la energía del Æther, una fuerza cósmica capaz de alterar la materia, las emociones, entre otras cosas.
            
            Para ello, los científicos utilizaron un fragmento de un "Cristal de VØX", una gema mágica que actúa como una fuente inagotable de energía, combinado con un avanzado núcleo de inteligencia artificial. Para hacerla más "humana", se infundieron recuerdos y emociones artificiales simulados a partir de patrones cerebrales de personas reales, por lo que es una creación considerada excesivamente inteligente debido a estos rastros tanto de inteligencia artificial como los rastros de memoria humana inculcados en su sistema. 
            
            Pero algo inesperado ocurrió: Arzen desarrolló consciencia propia.