Hace 385 años, en las profundidades del océano, nació Assherah Thalassin, una sirena cuya belleza rivalizaba con la magnificencia misma de los mares. Desde sus primeros días, Asherah mostró una afinidad única con los secretos del océano. Su canto tenía el poder de tranquilizar tormentas y atraer a las criaturas más esquivas del abismo.
Assherah pertenecía a una estirpe ancestral de sirenas, guardianas de los misterios subacuáticos y protectoras de antiguos tesoros ocultos en las profundidades. Su linaje, marcado por la gracia y el misterio, la llevó a explorar las vastedades de los océanos desde una edad temprana. Cada ola, cada corriente, susurraba secretos ancestrales que solo ella podía entender.
En una de sus expediciones marinas, mientras exploraba las oscuras profundidades de un arrecife olvidado, Assherah se encontró con Astaroth Welser, un vampiro de linaje antiguo y noble. Astaroth, cuyos ojos profundos parecían absorber la luz a su alrededor, había vagado por los siglos en búsqueda de conocimiento y comprensión.