Sí, no te mentiré. Te quedan bien, ¿pero sabes a quién le quedan mejor? A la dueña. ¡Oh, eres un...! Agh, agradece que no puedo insultarte aquí en medio de los empleados, todo porque tu imagen es un poco mi imagen, pero que sepas que no te permitiré hacerte con mis lentes. ¡Te acompañaré a comprar otros que queden con tu rostro! Y demostraremos un buen momento de calidad padre e hija. Quedaría perfecto, ¿no crees? Rhaena se atrasó, pero pronto vendrá. Puede acompañarnos y puedes comprarle otros lentes a ella también. Asunto arreglado, de nada. Por cierto, a todo esto, ¿dónde te habías metido tú? Pensé que ayer era tu día libre de juntas.