Ambos estuvimos contigo haciéndote
favores, haciéndole favores al país que
creíamos que estaba bien sin darnos
cuenta que nos habías puesto ése
maldito suero en las venas. ¡Nos hiciste
entregar a dos niñas que estaban en un
rincón de la casa!, ¡me arrebataste mi
matrimonio, el de mi hija, la infancia de
Yelena y Natalia, mi familia, sus vidas!
te juro que ni siquiera tendrás tiempo
de lamentar, estarás muerto.