No me queda más que darte las gracias. Es algo que siempre me llamó la atención. Para mí: la pintura es una metáfora del control. Cada elección es mía. El lienzo. El color. De niño no tenía un sentido del mundo o de mi lugar en él, pero el arte me enseñó que la visión de uno se puede conseguir con la fuerza de voluntad. Ah, entiendo, imagino que el viaje fue agotador, ¿no? Rebekah dice que una vez que los pruebas, «no tienes escapatoria», domina el dramatismo. ¿En serio? Pensé que no llegaría ese día. El día en el que te doy un recorrido por Nueva Orleans. Como lo prometí. Menos mal que me aprecias... No sé cómo sobreviviría mi inmortalidad sabiendo que me odias. Dejaría mi corazón hecho pedazos. Tonterías, pequeña loba, ¿sabes? Lo único inoportuno es que sigamos parados aquí y no estemos en dirección a Rousseau's. El mejor bar del Barrio Francés. Unos tragos para empezar con el pie derecho.
