primum: THE LIFE OF A HEROGIRL.
Cuando el cielo se rompe, algunos deben sostener los fragmentos que han quedado, y para Halley, ese fue el inicio de todo.
Nacida bajo el apellido Takami, su infancia estuvo marcada por la libertad: las risas se perdían entre las nubes por las que volaba, la brisa traía consigo la llegada de sus padres, héroes conocidos en todo Aomori. Ellos eran su universo, el sol y la luna: su pequeño cielo donde amaba volar.
Pero en un mundo donde los villanos crecen en cada esquina, los héroes no tienen paz, Halley menos.
Un día, el cielo se tiñó del carmesí de la sangre derramada. Enemigos situados en la ciudad arrasó con todo con lo que había por su paso, también con aquella pareja que defendieron el lugar con sus propias vidas. Cuando toda esa pesadilla terminó, solo quedaron restos de las alas que un día la habían arropado: la niña de trece años había comprendido que, el heroísmo, también podía ser una forma de desaparecer.
Durante semanas, la casa se mantuvo en un frío silencio, esperando el abrigo que nunca parecía llegar. Se decía a sí misma que debía ser fuerte, ¿pero cómo iba a ser fuerte sin ellos? No tenía familiares cercanos, salvo uno: Shinyo Takami, su primo mayor, quien gracias a la insistencia de su esposa, la acogieron sin dudar en un nuevo hogar.
En aquella casa llena de niños, Halley se convirtió en una más del linaje que habían creado, creciendo como una más de aquella familia llena de plumas que encendieron de nuevo la chispa de su corazón.
Así creció, entre entrenamientos al amanecer y sueños rotos que aún dolían. Aprendió a volar de nuevo, a soportar el peso del viento, a no mirar atrás cuando el pasado la llamaba. Aprendió a que no todo es blanco o negro; tenía un lugar en una escala de grises propia de la vida de una heroína.