── « Tan dramático como te recordaba, pero ante una humillación como aquella, debo darte razón en no querer recordarla. » ──asintió, sin perder esa característica sonrisa plácida suya. Negó una vez, indicando tácitamente que no tenía permitido la sola pronunciación de su nombre, y con eso fue suficiente. Cuando el duque del infierno se postro frente suyo, inclinó a un costado con un movimiento suave su cabeza, no hizo otro movimiento más que ese, inmóvil y mirándolo intensamente pocos segundos antes de soltar una risita nasal.── « No te incumbe, Balam. Pero si te inquieta, no vengo a hurgar en tus asuntos, ni a meterme en tu controversial amorío. »