jay.

/ El verlo allí parado frente a él lo tomó por sorpresa limpiando sus lágrimas de inmediato, sin embargo solo pudo asentir ante su pregunta por el nudo en su garganta aún presente, estaba seguro que lloraría si hablaba y se comportaría como un pequeño niño, eso era lo que menos quería. Su cuerpo se veía tembloroso y sus ojitos algo hinchados, no había ninguna duda de que estaba en deplorables condiciones, parecidas a cuando este enfermaba y no podía hacer mucho.

/ Sus ojitos se veían hinchados de tanto haber llorado y pasado su mano con fuerza en aquella zona para calmar sus lágrimas. Sentía que de ahogaba y nadie iba a poder ayudarlo. Luego de menos de una hora, ya más calmado Todorov miraba el cielo pensativo.

/ Sin poder continuar con sus clases tomó sus cosas y se fue a cualquier lugar, realmente solo necesitaba alejarse de todos, pasó por varios lugares vagando y cuando se cansó de deambular fue a un parque cercano, allí observaría las hojas de los árboles, la brisa no le haría daño, necesitaba respirar y observar el cielo durante el crepúsculo. Lágrimas caían por su rostro sin embargo las limpió y restó importancia, no pasaba nada, él estaría bien o bueno, intentaría estar bien. 

/ Al igual que él se queda dormido con una sonrisita y lo abraza escondido en su pecho.

Descansa Jay — sonríe y cierra sus ojitos listo para descansar sintiendo todo el cansancio que llegaba su cuerpo del día que había tenido.

Creo que ya deberíamos dormir — habla bajito y se da la vuelta del lado de la pared abrazando su cuerpo para sentirse más cómodo y seguro.

Tengo sueño — se queja bajando del auto con cuidado, cuando terminó de cerrarlo va con él a esperar a que abrieran las puertas.

Ajá si, no te voy a creer nada de nada — ríe y estaciona el auto cuando estuvieron afuera de la casa del adverso.

Quiero recordarte que viniste hasta mi casa para entregarme cosas de inglés y te quedaste a cuidarme, prácticamente te aprovechaste de que estoy enfermo. Admitelo, me adoras.

/ No alcanzó a decir nada más que simplemente quedarse con las palabras en su boca y sus mejillas coloreadas de tonos rosados notándose en demasía por su pálida piel. Suelta un suspiro y decide mejor volver a su casa, ya vería qué hacer con este tema.

Si, ve, no quieres que se te haga tarde — habla bajito pasando su mano por su cabello pensando un poco el cómo habían llegado a esa situación. 

Asiente sin poder evitar reírse ante la forma del arbusto — aquí estamos, llegaste sano y salvo, como te dije soy un excelente conductor.