El velo se desgarra, y con él, la ilusión de lo que llamas realidad. No es solo tu mundo el que se desvanece en el abismo, sino la totalidad, la intrincada y vasta red de infinitas realidades que alguna vez coexistieron, ahora condenadas a una aniquilación silenciosa. El Multiverso, ese colosal tapiz de posibilidades, se contrae sobre sí mismo, exhalando su último y agónico suspiro.
Aferra con la fuerza de tu esperanza a aquellos que amas, pues el tiempo se agota y las sombras se alargan. Es el momento de la redención, de purificar las manchas que oscurecen tu alma, de expiar cada error, cada pesar que te encadena a lo que fue. Solo así, despojado de toda impureza, podrás elevarte hacia un lugar en la nueva y prometedora faz de la existencia: el Battleworld, lo único que quede después del fin del todo.
Este no es un renacimiento apacible, sino una bendita purificación, donde solo lo esencial, lo que Doom ha juzgado digno, será rescatado del umbral del olvido. Aquí, en esta forjada nueva tierra, tu existencia será moldeada por una voluntad inquebrantable, pero también por la promesa de un nuevo amanecer. Sirve con lealtad y confianza a tus nuevos dioses, al Dios Doom y a la Scarlet Witch, pues su palabra es ley y su mirada, la senda hacia la esperanza. Espera, con el aliento contenido, la llegada de un fin que no es el fin, sino el glorioso preludio de una eternidad bajo su cuidado. Siente el cálido abrazo de lo inevitable, la certeza de una realidad renovada, donde el pasado es un eco lejano y el futuro, una promesa brillante que solo los puros del pecado podrán disfrutar.
Anuncio, el fin de tu realidad
Anuncio, el fin del todo
Anuncio, battleworld.