—sonrió al escucharlo decir lo último, y apretó su mano acercándose lentamente, sintiendo su corazón latir cada vez más rápido— No me arrepiento, lo volvería a hacer —murmuró dando un paso más— El beso no sale de mi mente, y tú tampoco, no puedo dejar de pensar en ti, Swan, en tus ojos, en tu sonrisa, en tus labios... estás en mi cabeza todo el tiempo y empiezo a asustarme, dios, esto es raro, nunca me había sentido así con nadie.