♡ Teo ♡

Te extrañé.

Dime que por favor sigues aquí. Te doy un beso y todos los que quieras.

Me tienes pendiente el plan a la piscina.

Hasta que por fin coincidimos, un día más y caía en demencia. Me encuentro extremadamente bien, amor mío. ¿Qué hay de ti? ¿Ya ha disminuido alguno tus malestares? Dime, dime.

Buen día, bombón.

¿Ya te sientes mejor? Dime qué puedo hacer para ayudarte.

¿Sigues ahí?

– En consciencia de su estado, se aproximó con extrema delicadeza hacia su opuesto, manteniéndose en limitante lejanía respecto al mismo. Estando en posición, se dedicó a observar su rostro con matices de terneza, sosteniendo las manos ajenas con las suyas mientras una inconsciente sonrisa iba brotando de su rostro. Al par de unos breves segundos, terminó por eliminar la distancia existente entre ambos cuerpos fundiéndolos en un firme, aunque dulce abrazo. –

Buen día, mi hermoso. No tienes que preocuparte por eso, en serio. Digo, ¿qué clase de persona sería si me enojara por algo que no puedes controlar? ¿qué clase de novio? Ni pensarlo. Todo ha ido de maravilla, con el fin de la temporada de «verano» me he desocupado un montón con el trabajo, ¿tú cómo te sientes? ¿ya está todo en orden?

– Antes de sus sentidos poder permitirle articular una respuesta, un  impulso repentino lo incitó a dirigirse en segunda ocasión hacia él, plantando un duradero beso en sus labios, a la par que iba sosteniendo la mano impropia por encima de la suave caricia persistente en su mejilla. Cargado de un intenso fervor cuando terminó por separarse, pudo decir… – Ten por seguro que yo también, tenerte es de las mejores cosas que han pasado por mi vida.

– Sentir el delicado roce que forjaban las manos ajenas al sostener su rostro causó que un indiscreto rojo brotara de sus mejillas, en conjunto de unas risas que no tardaron en hacer que este beso de pasado semblante desenfadado se convirtiera en uno de evidente ternura. Trayendo que las manos que en anterioridad posaban en su espalda baja, se transportaran a la parte superior de su nuca, acariciando con suavidad los cabellos ajenos. –

– Inmediatamente escuchó la última oración pronunciada por su opuesto, una notoria sonrisa comenzó a pronunciarse en sus labios. Así, se fue aproximando con avidez hacia el chico, haciendo que sus cuerpos cayeran en pronto contacto. Deseoso de aferrarse a dicha cercanía, colocó ambas manos en la espalda baja del opuesto, disminuyendo su distancia de forma que causó un intencional choque entre sus labios, el cual aprovechó para dejar un largo beso en los mismos; caracterizado por una intensa energía que demostraba su fuerte anhelo ante este. –

Mi honesta reacción al ver tu 
            icon. 

Casi no se nota que te gustan los Minions.

DJDKEWL EL MINION.

– Si sigues con esa actitud, no dudes en que así será. – Musitó de forma rápida antes de entrar al restaurante. Estando en la mesa, notó cómo uno de los meseros se iba acercando a esta, por lo que se dirigió a su contrario una nueva vez. – Oye, ¿de casualidad no te gustaría que pidamos una entrada? He escuchado que los antipasti de aquí son exquisitos.

Quién sabe, tal vez hoy sea tu día de suerte y esas «ganas» de descansar se conviertan en otras… – Replicó, aprovechando una de las constantes miradas que recibía del contrario para guiñarle el ojo mientras lo decía. – Yo planeo pedir un spaghetti aglio e olio, algo suave para la noche, ¿sabes? – Respondió por segunda vez, soltando una ligera risa al oír el comentario que vino acompañado de dicha pregunta. Unos minutos después, señaló un edificio que se encontraba a su derecha. – ¡Mira! Creo que ya llegamos.

Eso si aún me quedan energías luego de la cena, mi cuerpo tiene la costumbre de perder todas después de terminar una comida . – Expresó realizando la misma acción con sus manos, recóstandose en el hombro ajeno a medida que iban avanzando en el camino. – Lo mismo, ¿tú de cuál tipo piensas pedirla?