SoyMavikko
tari... tari, hueles muy bien.
SoyMavikko
no vuelvas a bromear con eso... no me gusta cuando te denigras a propósito y luego dices que no es en serio. por algo lo dices. /refunfuñar, relajando el rostro al sentir el besito. apegarse aún más a él, ladeando la cabeza para poder verlo mejor. ¿con quiénes? tari... sabes que tengo una buena posición: por ti, puedo aprovecharme de ello, y hacer algo... ya sabes, a tu favor. /apretar los labios y tensar un poco los músculos de forma involuntaria. jadear bajito y suspirar: tomar aire profundamente mientras se armaba de valor. yo debería de oler a ti todo el tiempo. /musitar, alzando de golpe las orejitas. devolver los besos, en las mismas zonas que el albino, y lamer sutilmente sus labios. gracias, lindo lince celestial. me siento seguro contigo, estoy seguro de que mejoraré pronto si te quedas cerca de mi.
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SoyMavikko
¿eh? /pestañear, un poco confuso, tal y como si aquel lince celestial lo hubiera sacado de un trance de golpe. ladear la cabeza, alzando plácido la mirada a él, y arrugar la nariz. no eres débil, tari. ¿quién te dijo eso? eres mi protector... mi caballero con espada y escudo, has cuidado de mi y de la pequeña dragona desde que tengo uso de razón. /cerrar los ojitos una vez más, permitiendo que hiciera con él lo que quisiera. tomar su mano y negar con la cabeza. no eres estúpido: es normal. cuando vuelvo de trabajar... apenas huelo a mi. entiendo que rechaces ese aroma. /mover cola de un lado a otro. quédate conmigo.
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SoyMavikko
hmph... lo es, pero si pudiera negar de él lo haría y me iría contigo a surcar todos y cada uno de los cielos, tari. /restregar mejillita contra su mano y ronronear de nuevo, negando suavemente. estás cálido... me gusta el tacto de tus manos. se siente bien. /mover las orejitas antes de hacerlas hacia atrás, ensimismado en aquellos gestos, haciendo caso omiso a lo que decía el contrario. no... no son ocurrencias, lo digo de verdad. ya he tratado de insinuarlo antes. me gusta,, esto. /tensarse ligeramente al notar el cómo pasaba sus brazos por su cuerpo para cargarlo y abrazarse a él, cerrando los ojos unos instantes. yo ya estoy en casa.
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