Podrías golpearme si así lo quisieras, pero dudo que te duela más que a mí escucharte hablar. Y... no ignoré tus llamadas, sólo decidí que ninguna merecía una respuesta. ¿Quieres jugar a adivinar? Me gusta cuando intentas leerme entre líneas, es divertido ver que jamás logras alcanzarme el ritmo. Lamento, — más o menos —, haber ignorado tus llamadas, sólo necesitaba un poco de silencio y tranquilidad. Me conoces.