─Lo sé ─susurró mientras lo abrazaba con fuerza, escondiendo su rostro en el hueco entre su cuello y su hombro─, me siento una tonta por pensar eso. Lo siento mucho.
Eres rubio y tienes rulitos...fue lo que se me ocurrió. Pero ignora eso, no lo diré si no te gusta, ujum. Me alegro, ¿feliz? Mm, sospecho que hay algo más detrás del porque estás feliz, pero aún así, ¡que bueno!