que perspicaz eres, ese que te describo es mi hermanito. Que maleducado, mi nombre es Yiouro, pero si te resulta difícil de recordar puedes llamarme simplemente Yio, ¿cuál es el tuyo, preciosa? Y tienes razón, lamento ser alto. /reír con amigable ironía, agachando suavemente el torso y cabeza hacia el frente.