Pues entonces estamos a mano, siempre ha sido difícil dejar de mirarte a ti, desbordas sensualidad por dónde quiera que pases. Es tan excitante la incertidumbre, ¿no te parece a ti?, creo que nunca terminaré de confirmarte si lo hago por halagarte o por coquetearte, podría ser un poco de ambas, o tal vez no. ¿Un beso en la mejilla?, ¿sólo eso? Aunque... Está bien, podría conformarme siempre y cuando prometas dejar uno ahí cada mañana.
Soy un gran actor, pequeño demonio, solamente no cuando se trata de ti, lo cual es ciertamente una lástima, nunca se sabe qué carta sucia puedes jugar y hacerme pasar una vergüenza. Te concedo eso, Sophia, no hay nada más exquisito que el misterio.