En mis mejores sueños eres dictadora de otras cosas, Sophie. Cosas mucho mejores. Estaré atento a tu próximo capricho de ser así; me tendrás listo para cumplirlo. ¿Por qué crees que siempre pienso en esas cosas cuando se trata de ti, eh? Porque es lo que causas constantemente, ángel. No puedo mirarte sin pensar en las ganas que tengo de hacer realidad cada palabra que sale de mi boca, siendo amigos o no. Mierda, ¿hablas en serio? ¿Fui tu primer beso? Joder... pensé que este día no podría ser mejor y mira, acabas de aumentarlo al mil. ¿Deseas contarme acerca de cómo fue tu primera experiencia, amor? Cabe destacar que estaré encantado de ser tu primero en todo ámbito, sano o no. ¿Crees que es una molestia para mí el enterarme que lo complico todo? Al contrario, lo hace mucho mejor el hecho de que me tengas tanto en la cabeza como para olvidar la existencia de los otros idiotas. Y, además, esto nos hace estar en la misma sintonía, ¿sabes? Porque tú estás siempre en la mía, por más cursi que esa mierda suene. Oh, ¿caerás en los celos inútiles? Sabes que no es necesario, Sophie. O tal vez no porque, como me estoy dando cuenta, todavía no descubres lo que te he intentando decir; no tengo deseos de estar con alguien que no seas tú. No quiero tocar a alguien más, no quiero susurrarle al oído a alguien más, no deseo sacar de los nervios a alguien más ni mucho menos besar a alguien más porque la única que me interesa, para mi consuelo o desgracia, eres tú. Detesto las etiquetas así que... ¿qué te parece el que seas mía? Sólo me verás de manera romántica a mí, me besarás como lo hicimos la otra noche sólo que siempre que lo desees y saldrás conmigo. Llámalo novia, amiga con ventaja o compromiso, pero lo quiero todo contigo. Tus manos puede tocar mi cuello, mi torso, espalda e incluso más abajo si así lo deseas; puedes tirar de mi cabello como la vez pasada y enterrar tus uñas donde lo desees. Estoy a tu disposición.