Pensándolo así, me encantaría que te vuelvas loco y me supliques por tener mi boca devorando la tuya. A ver, inicia con tus intentos de convencerme, cariño. Cuanto antes, mejor.
¿Soñaste conmigo y por eso despertaste con ganas de complacerme? Espero que sigas teniéndome presente en las noches para que estés de buena todos los días.