Estoy nervioso. Veo la hoja y no se que hacer, escribo, corrijo, borro, vuelvo a comenzar. De verdad no se que hacer. Creo que la hoja es mi vida, por eso escribo, tratando de darle sentido a algo sin márgenes, sin color. Aquí estoy... dándole vida a lo que no se le puede dar vida, a un objeto, a algo que no representa nada. Quiero que esta cuartilla sienta algo, si, que anhele como lo hacemos nosotros, tal vez que añore una mirada de un pedazo de papel vecino, quiero que sueñe con ser algún día como uno de los libros que tengo en mi biblioteca, por supuesto, quiero que suspire por algún amor, que sufra los finales, que llore letras de bellas desgracias, hermosos dramas, elegantes poemas que cantan de locura, puesto que, una hoja de papel puede soñar, eso, claro esta. La hoja de papel es una vida mas como cualquier otra, esperando lo mejor de sus andanzas en el universo, a través del tiempo, a través de los astros. Y como todo ser vivo, tiene que regirse por las grandes normas, un poco de karma para el equilibrio, justicia para la serenidad, amor para el alma, ironía para darle todo sentido. Esta hoja de papel será bella me digo a mi mismo, quien la mire, quien lea su contenido se sentirá fascinado, identificado con sus encantos, encantos que yo le di, dones que le proporcione pensando en su felicidad, en mi satisfacción.