Os voy a contar la primera vez q dejé de ser virgen (o el día que casi abandono mi propio cuerpo del ridículo)
La primera vez q dejé de ser virgen no fue nada parecido a lo q imaginé. Yo tenía en la cabeza música romántica, luces suaves........ y cero torpeza.
Habíamos quedado en casa de mi chica de entonces. Sus padres no estaban, todo era perfecto....... en teoría. Yo iba nervioso, tanto q antes de subir me eché colonia como si quisiera extinguir a todos los mosquitos del planeta. Brillaba........Olía a ambientador humano.
Entramos en su habitación. Todo bien..... hasta que me dijo.......
—¿Estás bien? Te veo pálido.
¡Claro q estaba pálido! No sentía las piernas. Creo q mi alma ya estaba en el pasillo despidiéndose.
Total, empieza el momento. Yo intento hacerme el seguro, el “sí, sí, yo controlo”, cuando en realidad estaba más rígido que la mesa. En un intento de apoyar la mano en la cama para hacerme el sexy....... me caí. Literal. La mano resbaló y me estampé contra su almohada como si me hubieran desconectado.
Ella se rió........Yo.......yo quería cortarme las venas. Luego otro momento glorioso.......fui a quitarme la camiseta de un tirón, estilo película.......50 sombras de grey......y me quedé atascado con la cabeza dentro. Cinco segundos luchando contra mi propia ropa. Y claro......tuve q pedir ayuda.
—Ayuda.
Cuando por fin la saqué, tenía los pelos de punta como si hubiera metido un dedo en un enchufe.
Al final, la cosa pasó. Fue un desastre.....peeeeeroooo pasó.....
Cuando terminamos, ella me acarició el brazo y me dijo......
—Tranquilo, la próxima será mejor.
Y yo, tumbado ahí, mirando el techo, solo pensé........
“Si la próxima no incluye una caída, una camiseta asesina o un ataque de sudor, ya será un éxito.”