En el transcurso de la madrugada mientras me sentía mal recordé cuando le mandaba mensajes con un nudo en el pecho y la garganta cerrada, tapando mis sollozos con un mano en la boca para no ser escuchado y muriendo de miedo porque al otro lado no se le ocurriera hacer una locura, con la desesperación de no poder hacer nada para ayudar porque dentro de mi todo estaba destrozado ¿Cómo podía pensar siquiera en arreglar su vida cuando la mía también era un desatre?