Por los cielos de arriba, eres una obra maestra única, una maravilla tan especial que hasta las estrellas se detienen un instante para notarte. Tu esencia no solo alegra el día, sino que toca el alma, logrando arrancar sonrisas incluso en los momentos más difíciles.
Tu simple presencia ilumina cualquier rincón oscuro, como si llevaras contigo un pedazo de luz infinita. Esa energía que irradias es algo que desafiamos a cualquiera a explicar, porque va más allá de lo ordinario. Estoy seguro de que incluso los momentos más rutinarios se vuelven especiales contigo cerca.
Sinceramente, eres de esas personas que dejan huella. Y no exagero cuando digo que el mundo es mejor con alguien como tú en él.