Bueno, como me he desaparecido por completo desde enero, un poquito de contenido inédito de la edición de MPDA, es el reencuentro de Azuniel en el primer capítulo...
Hay alguien en mi cuarto.
Empujo con suavidad la cortina, lo escucho tararear en voz baja, paso entre la cortina y dando pasos largos, pero silenciosos, salto sobre la cama y lo agarro del cuello poniendo mi cuchillo contra él.
—¿Quién eres y qué haces aquí? —susurro en su oído.
Lo siento tragar con fuerza, intenta luchar, pero presiono más mi cuchillo, haciendo un pequeño corte, jadea y hago una mueca de asco cuando una gota de su sangre cae en mi mano.
—Mierda, mi cuello —se queja, sin parecer muy temeroso.
¿Por qué no se está cagando encima?
—No debiste moverte —me burlo, gruñe por lo bajo —no te voy a preguntar esto otra vez —siseo, yo no repito las cosas una segunda vez, pero lo voy a hacer porqué esté tipo no parece haber captado mi pregunta lo que es irritante —¿Quién eres y qué haces aquí?
Su pecho se hincha cuando toma una respiración profunda.
—Me sorprende que no me reconozcas azulada—eso me desconcierta lo suficiente y por supuesto que aprovecha el espacio de dos segundos que le doy.
Con una mano toma mi mano que mantiene el cuchillo contra su cuello y la tuerce, su otra mano saca mi brazo de su cuello, tiene mis dos brazos y cuando me doy cuenta estoy sobre la cama y es él quien ahora sujeta el cuchillo contra mi cuello, y se encuentra inclinado sobre mí.
Mierda.
Lo miro y sus ojos verdes se encuentran con los míos, su mirada es intensa, me quema por dentro.
Trago saliva con fuerza y me esfuerzo por no mostrar mi desconcierto, y nerviosismo.
—Azul —saluda con una sonrisa ladina.
—Nathaniel —siseo y arrugo la nariz.