Conociendo a nuestro capitán… –comencé, di una calada a mi cigarro, y continué con una sonrisa.– Verás que pronto sabremos de él, de una forma o de otra.
– ¿Un gruñido? Pronto lo percibí, venía de…
¡Ah, del estómago de Usopp! Reí bajo, expulsando nuevamente el humo de mi cigarro, y acerqué con más insistencia los platos de comida.–
Mi labor es mantenerlos vivos, narizón. Come sin preocupación, yo ya comí hace un rato.
– Mi espalda se recargó ligeramente en una de las paredes, mis ojos se permitieron un descanso, a medida que escogía mis siguientes palabras.–
¿Llegaste hace poco a este lugar? Parece bastante más grande que cualquier isla
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