Honestamente jamás creí volver a escribir. Dejó de ser uno de mis hábitos. Las historias nacían de aquéllas cosas que pasaban por mí cabeza cuando mi vida se complicaba. También, cómo dejé claro en "la pena de un escritor": ya no tenía a alguien a quién dedicarle mis escritos.
No sé si aquello cambió.
Solo sé que ahora tengo esa necesidad de volver a escribir.
No sé si para mí.
No sé si para alguien más otra vez.
Tampoco sé si lo haré muy seguido.
Solo sé que estoy en una etapa dónde tengo cosas que contar