VictorMonserrateTorr

Las flacas están de moda, lo sé. La calle está repleta de féminas luciendo un abdomen de acero, piernas tonificadas y una perfecta simetría corporal; pero lo siento, yo no sigo modas ni gustos ajenos, a mí me gustan las gorditas, y lo digo sin dudar. .
          	
          	La TV ha bombardeado mis preferencias desde muy temprana edad, sorprendiéndome, año tras año, con la reducción de varios kilos respecto al peso ideal; sin embargo, yo no me manejo con estándares ajenos, ni me afectan los bombardeos al cambiar de canal. Yo prefiero –en todo caso-, algunas libras de más. .
          	
          	La mujer flaca pesa menos al cargarla, y no resulta tan traumático llevarla de compras a algún lugar; con la gordita, en cambio, hay que ser paciente afuera de los probadores, y consolarla, cuando ya no haya talla, o si bien, frente al espejo, no luce como aquel anuncio de publicidad. Respecto a ello, descargué un sudoku infinito y memoricé unos elevadores de autoestima para los momentos de necesidad. .
          	
          	Las flacas son las mejores en la playa, atraen miradas y en el deporte demuestran agilidad; en mi caso, son mis compañeras tertulianas, a la vez que entre el reojo y el disimulo, veo a las gorditas pasar. .
          	
          	Las gorditas no me creen cuando lo expreso, y las flacas creen que bromeo al hablar; así que opté por mantener el secreto, mientras que amigos y conocidos me confesaban el mismo particular: “Zaki, gorditas es que me encantan, pero una flaca linda siempre es digna de admirar”. .
          	
          	Continuaría con este escrito, ampliando los detalles de lo que me he dispuesto a declarar, pero el contenido no estaría apropiado, esto también es leído por menores de edad.

VictorMonserrateTorr

Las flacas están de moda, lo sé. La calle está repleta de féminas luciendo un abdomen de acero, piernas tonificadas y una perfecta simetría corporal; pero lo siento, yo no sigo modas ni gustos ajenos, a mí me gustan las gorditas, y lo digo sin dudar. .
          
          La TV ha bombardeado mis preferencias desde muy temprana edad, sorprendiéndome, año tras año, con la reducción de varios kilos respecto al peso ideal; sin embargo, yo no me manejo con estándares ajenos, ni me afectan los bombardeos al cambiar de canal. Yo prefiero –en todo caso-, algunas libras de más. .
          
          La mujer flaca pesa menos al cargarla, y no resulta tan traumático llevarla de compras a algún lugar; con la gordita, en cambio, hay que ser paciente afuera de los probadores, y consolarla, cuando ya no haya talla, o si bien, frente al espejo, no luce como aquel anuncio de publicidad. Respecto a ello, descargué un sudoku infinito y memoricé unos elevadores de autoestima para los momentos de necesidad. .
          
          Las flacas son las mejores en la playa, atraen miradas y en el deporte demuestran agilidad; en mi caso, son mis compañeras tertulianas, a la vez que entre el reojo y el disimulo, veo a las gorditas pasar. .
          
          Las gorditas no me creen cuando lo expreso, y las flacas creen que bromeo al hablar; así que opté por mantener el secreto, mientras que amigos y conocidos me confesaban el mismo particular: “Zaki, gorditas es que me encantan, pero una flaca linda siempre es digna de admirar”. .
          
          Continuaría con este escrito, ampliando los detalles de lo que me he dispuesto a declarar, pero el contenido no estaría apropiado, esto también es leído por menores de edad.

VictorMonserrateTorr

Pasa que tu voz me deja mudo,
          pasa que hasta el grito me silencia,
          pasa que el tiempo se hace nudo
          y el mundo no gira en tu presencia.
          
          Pasa que tus ojos me dan vida,
          pasa que tu risa me alimenta,
          pasa que curaste mis heridas 
          con un beso, y sin darte cuenta...

VictorMonserrateTorr

Creo en el mundo como en una margarita
          porque lo veo.
          Pero no pienso en él,
          porque pensar es no comprender.
          El mundo no se ha hecho para que pensemos en él
          (pensar es estar enfermo de los ojos)
          sino para que lo miremos y estemos de acuerdo…
          Yo no tengo filosofía: tengo sentidos…
          Si hablo de la naturaleza
          no es porque sepa lo que es
          sino porque la amo, y la amo por eso
          porque quien ama nunca sabe lo que ama,
          ni sabe por qué ama, ni qué es amar…
          Amar es la eterna inocencia
          y la única inocencia es no pensar.

VictorMonserrateTorr

Uve de Vagina,
          de Vacío,
          de Volcán,
          Uve de Veneno,
          uve de volar.
          
          Uve de Violencia,
          uve de Verdad,
          de Venus, de Vampiro,
          Uve de Va-ni-dad.
          
          Uve de Vagina, imagina...
          Allí donde empieza y acaba nuestra historia.
          Pero siempre,
          ¡SIEMPRE!
          Uve de Victoria.
          
          Es mi cumpleaños bien. Creó, no se soledad

VictorMonserrateTorr

Para vivir no quiero 
          islas, palacios, torres. 
          ¡Qué alegría más alta: 
          vivir en los pronombres!
          
          Quítate ya los trajes, 
          las señas, los retratos; 
          yo no te quiero así, 
          disfrazada de otra, 
          hija siempre de algo. 
          Te quiero pura, libre, 
          irreductible: tú. 
          Sé que cuando te llame 
          entre todas las gentes 
          del mundo, 
          sólo tú serás tú. 
          Y cuando me preguntes 
          quién es el que te llama, 
          el que te quiere suya, 
          enterraré los nombres, 
          los rótulos, la historia. 
          Iré rompiendo todo 
          lo que encima me echaron 
          desde antes de nacer. 
          Y vuelto ya al anónimo 
          eterno del desnudo, 
          de la piedra, del mundo, 
          te diré: 
          «Yo te quiero, soy yo».

VictorMonserrateTorr

Sueña el rey que es rey, y vive
          con este engaño mandando,
          disponiendo y gobernando;
          y este aplauso, que recibe
          prestado, en el viento escribe,
          y en cenizas le convierte
          la muerte, ¡desdicha fuerte!
          ¿Que hay quien intente reinar,
          viendo que ha de despertar
          en el sueño de la muerte?
          Sueña el rico en su riqueza,
          que más cuidados le ofrece;
          sueña el pobre que padece
          su miseria y su pobreza;
          sueña el que a medrar empieza,
          sueña el que afana y pretende,
          sueña el que agravia y ofende,
          y en el mundo, en conclusión,
          todos sueñan lo que son,
          aunque ninguno lo entiende.
          
          Yo sueño que estoy aquí
          destas prisiones cargado,
          y soñé que en otro estado
          más lisonjero me vi.
          ¿Qué es la vida? Un frenesí.
          ¿Qué es la vida? Una ilusión,
          una sombra, una ficción,
          y el mayor bien es pequeño:
          que toda la vida es sueño,
          y los sueños, sueños son.

VictorMonserrateTorr

Él me había avergonzado y perjudicado en medio millón, se rió de mis pérdidas y burlado de mis ganancias. Despreció a mi nación, desbarató mis negocios, enfrío a mis amigos y calentó a mis enemigos y cual es su motivo “Soy un judío”. ¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no se alimenta de la misma comida, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano? Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos haceis cosquillas, ¿no nos reímos?, Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos?
          
          Si nos parecemos en todo lo demás, nos pareceremos también en eso. Si un judío insulta a un cristiano, ¿cuál será la humildad de éste? La venganza. Si un cristiano ultraja a un judío, ¿qué nombre deberá llevar la paciencia del judío, si quiere seguir el ejemplo del cristiano? Pues venganza. La villanía que me enseñáis la pondré en práctica, y malo será que yo no sobrepase la instrucción que me habéis dado.

VictorMonserrateTorr

Juventud, divino tesoro,
          ¡ya te vas para no volver!
          Cuando quiero llorar, no lloro...
          y a veces lloro sin querer...
          
          Plural ha sido la celeste
          historia de mi corazón.
          Era una dulce niña,
          en este mundo de duelo y de aflicción.
          
          Miraba como el alba pura;
          sonreía como una flor.
          Era su cabellera obscura
          
          hecha de noche y de dolor.
          Yo era tímido como un niño.
          
          Ella, naturalmente, fue,
          para mi amor hecho de armiño,
          
          Herodías y Salomé...
          Juventud, divino tesoro,
          ¡ya te vas para no volver!
          Cuando quiero llorar, no lloro...
          y a veces lloro sin querer...
          
          Y más consoladora y más
          halagadora y expresiva,
          la otra fue más sensitiva
          cual no pensé encontrar jamás.
          Pues a su continua ternura
          una pasión violenta unía.
          En un peplo de gasa pura
          una bacante se envolvía...
          
          En sus brazos tomó mi ensueño
          y lo arrulló como a un bebé...
          Y te mató, triste y pequeño,
          falto de luz, falto de fe...
          
          Juventud, divino tesoro,
          ¡te fuiste para no volver!
          Cuando quiero llorar, no lloro...
          y a veces lloro sin querer...
          
          Otra juzgó que era mi boca
          el estuche de su pasión;
          y que me roería, loca,
          
          con sus dientes el corazón.
          
          Poniendo en un amor de exceso
          
          la mira de su voluntad,
          mientras eran abrazo y beso
          síntesis de la eternidad;
          
          y de nuestra carne ligera
          imaginar siempre un Edén,
          sin pensar que la Primavera
          y la carne acaban también...
          
          Juventud, divino tesoro,
          ¡ya te vas para no volver!
          Cuando quiero llorar, no lloro...
          y a veces lloro sin querer.
          
          ¡Y las demás! En tantos
          climas, en tantas tierras siempre son,
          si no pretextos de mis rimas
          fantasmas de mi corazón.
          
          En vano busqué a la princesa
          
          que estaba triste de esperar.
          La vida es dura. Amarga y pesa.
          ¡Ya no hay princesa que cantar!
          
          Mas a pesar del tiempo
          terco, mi sed de amor no tiene fin;
          con el cabello gris, me acerco a los
          rosales del jardín...
          
          Juventud, divino tesoro,
          ¡ya te vas para no volver!
          Cuando quiero llorar, no lloro...
          y a veces lloro sin querer...
          ¡Mas es mía el Alba de oro!

VictorMonserrateTorr

Cerrar podrá mis ojos la postrera
          sombra, que me llevare el blanco día;
          i podrá desatar esta alma mía
          hora, a su afán ansioso lisongera:
          mas no de essotra parte en la rivera
          dejará la memoria, en donde ardía;
          nadar sabe mi llama la agua fría,
          i perder el respeto a lei severa.
          Alma, a quien todo un dios prissión ha sido,
          venas, que humor a tanto fuego han dado,
          medulas, que han gloriosamente ardido;
          su cuerpo dejarán, no su cuidado;
          serán ceniza, mas tendrá sentido;
          polvo serán, mas polvo enamorado