Después de algún tiempo regreso a lo que algún día fue una especie de canalizador emocional en mis años más difíciles. Al urgar en mis "borradores" me transporté a mi versión más jóven, frágil e inestable, sin darme cuenta estoy desenterrando con mucho cariño aquella versión de mi misma que un día guardé junto con sentimientos de rencor, ira y desprecio. Quien escribe hoy ya no es la niña de 14 años que se refugiaba en esta app en una búsqueda desesperada de leer historias que alimenten esa perspectiva oscura de la vida y del mundo, ahora en mis 22 años escribo desde una versión más adulta y resiliente y abrazo fuerte a la Mich adolescente. Entre tantas otras cosas, pequeña Mich te agradezco que nos hayas heredado la linda costumbre de descargar las emociones escribiendo, dibujando, pintando por que hasta el día de hoy me ha ayudado a canalizar mis peores días.