Encontré esto en internet, me pareció interesante aunque no sé quien es el autor.
Primero lo leyó todo: libros prohibidos, grimorios, hechizarios. Investigó. Meditó. Cometió toda clase de tropelías para hacerse digno de la presencia de Satanás.
El proceso no fue sencillo. Una cosa es decidirse a negociar el alma y otra muy distinta adquirir los conocimientos necesarios para permutarla.
Finalmente, después de muchos años de estudios y actos de vandalismo, el hombre inició el último rito.
Velas, círculos de fuego, espadas flamígeras, palabras mágicas, y el príncipe de las tinieblas apareció.
—¿Qué quiere? —preguntó Satanás en tono confidencial.
—Vender mi alma.
—Imposible.
—¿Por qué?
—Porque ya es mía.